dimarts, 16 de març del 2021

T'HAS LLUÏT...

 



Mentre us portaveu entre mans no sé el què, jo treballava amb el caos, la por a equivocar-me i la sensació d'haver de donar explicacions que no em pertocaven.

La sang freda combinada amb la manca d'empatia no l'havia vist mai de tan a prop.

Darrerament, penso molt en les persones que tenies al costat i han anat canviant de lloc de treball, com he hagut de fer jo: voldria parlar amb elles, però tampoc necessito més evidències.

Després de llegir aquest article, entenc moltes coses:

"Pecar de «amiguismo» con el superior tiene sus inconvenientes. Según apunta José Cabrera, presidente de Cabrera Management Consultants, «una de las desventajas es que una amistad mal entendida con tu jefe puede generar conflictos cuando no se establecen correctamente desde el principio las normas de la relación, y uno de los dos, jefe o colaborador, no logra separar los límites de la relación laboral con la personal. Cuando esto ocurre la cercanía que proporciona la amistad puede llevar al jefe a sobrevalorar las aportaciones del amigo, en detrimento de personas más cualificadas de su equipo. Y también puede generar en el empleado unas expectativas de valoración y promoción superior a su rendimiento profesional».

Sobrevalorar las aportaciones del amigo puede provocar también conflictos entre compañeros y despertar los celos. «Si el jefe no atina con un trato igualitario con su equipo, los compañeros pueden percibir favoritismos y puede afectar al rendimiento de todo el equipo», sostiene Roberto Luna, catedrático de Dirección de Empresas en la Facultad de Economía de la Universidad de Valencia. En este sentido, Luna explica que «los empleados analizan la equidad de los comportamientos que contemplan diariamente y ven, con tristeza y asombro, muchas decisiones no basadas en el talento. Eso lanza un mensaje muy negativo para la organización: si quieres promocionar tienes que “pasar por el aro”. De este modo se genera una impotencia profesional, donde los comportamientos organizativos excelentes no son premiados si no los reconoce tu jefe inmediato, lo que lleva a los mejores profesionales a buscar otras organizaciones con más respeto profesional y calidad en las decisiones directivas»."